Un 30% de las mujeres tiene «mala circulación», y cuando se superan los 65 años la sufre el 50%. Varices, piernas cansadas y arañas vasculares también se ven afectadas por la inactividad
¿Qué es el síndrome de piernas cansadas?
Dentro del sistema circulatorio, las venas tienen la función de llevar de vuelta al corazón la sangre que recogen de todo el cuerpo para oxigenarla y, una vez limpia, devolverla al torrente sanguíneo a través de las arterias irrigando otra vez todos los tejidos.
En el caso de las piernas, es necesario que sus músculos se contraigan, actuando como una bomba para presionar las venas a las que rodea, haciendo así que la sangre circule en contra de la gravedad. Estas venas disponen de pequeñas válvulas que dejan pasar la sangre cuando se abren e impiden su retroceso cuando se cierran, consiguiendo impulsar la sangre hacia arriba.
Con el tiempo, y debido a estar sometida a una tensión excesiva, las venas van perdiendo elasticidad, dilatándose y provocando un mal cierre de las válvulas. Esto hace que la sangre se estanque, acumulándose en las piernas, dilatando la vena, debido a la fuerza de la gravedad. Entonces aparecen las varices. Esta enfermedad vascular se llama insuficiencia venosa crónica (IVC).
Afecta al 20-30% de la población adulta.
A los mayores de 50 años les afecta en un 50%.
Es cinco veces más frecuente en la mujer.
¿Cuáles son los síntomas de piernas cansadas?
. Pesadez y edemas en las piernas.
. Hinchazón en miembros inferiores, que empeora al estar de pie y sin moverse durante largo tiempo, con el calor y mejora al estar tumbado, con el movimiento y con el frío.
. Dolor y prurito.
. Cansancio.
. Calambres musculares.
. Parestesias nocturnas (sensación de adormecimiento de las piernas).
. Hormigueo, picor, agujetas.
. Varices (dilataciones venosas en mayor o menor grado).
Los síntomas se incrementan en relación directa a la edad y, además, existen diferencias en la sintomatología entre sexos. Los más frecuentes, que comparten ambos sexos, son: prurito, pesadez y/o dolor. A las mujeres se les pueden agravar los síntomas durante la menstruación, embarazo, por tratamientos hormonales sustitutivos y por la toma de anticonceptivos orales.
¿Qué factores influyen?
. Factores predisponentes (no evitables):
Edad (el riesgo aumenta con la edad).
Predisposición genética (antecedentes familiares).
Antecedentes personales (enfermedad circulatoria previa).
Estado hormonal (particularmente embarazo y menopausia).
Pie plano (disminuye el fenómeno fisiológico de contracción muscular durante la marcha).
. Factores agravantes (evitables):
El sedentarismo. Estar en posición de pie largo tiempo, la exposición prolongada al sol o al calor, las profesiones de riesgo, los viajes que exigen estar de pie o sentado de forma continua y prolongada, etc.., son factores favorecedores de la dilatación y la circulación lenta de la sangre en las venas.
El sobrepeso o la obesidad, especialmente en el caso de las mujeres. El aumento del tejido adiposo en las piernas anula la eficacia de la bomba muscular.
El estreñimiento, ya que aumenta la presión abdominal.
La gestación.
La ropa demasiado ajustada en la cintura y las piernas frena el retorno sanguíneo al corazón.
La inmovilidad frena el retorno sanguíneo al corazón.
Las terapias hormonales, como contracepción oral (estrógenos) y la terapia hormonal sustitutiva (THS).
9 consejos para piernas cansadas
. Mantener las piernas en alto: hacer descansos con las piernas elevadas por encima del corazón, preferiblemente una media hora varias veces al día. Elevar las piernas al sentarse por encima del nivel de las caderas y apoyarlas sobre un sillón o unos cojines, procurando no cruzarlas.
. Evitar pasar mucho tiempo en la misma postura.
. No fumar ni beber alcohol, ya que alteran venas y arterias.
. Tratar de mantenerse en un peso saludable, evitando los kilos de más.
. Evitar el estreñimiento.
. Dormir con las piernas levantadas unos 10-20 cm.
. Evitar poner las piernas cerca de fuentes de calor como estufas o radiadores, ir al jacuzzi, spa o piscina climatizada. Depilarse con cera caliente.
. No utilizar ropa ajustada y calcetines con goma estrecha. Es preferible elegir prendas amplias y de tejidos naturales que permitan que la piel transpire.
. Usar calzado ancho y cómodo, preferiblemente cerrado. Y evitar el uso de tacones.
Alimentación para unas piernas más ligeras
Es muy importante mantener un peso saludable, evitando el sobrepeso y la obesidad.
Una dieta rica en vegetales, frutas y pescado (alimentos que aportan gran cantidad de fibra, antioxidantes y ácidos grasos poliinsaturados) ayuda a reforzar el sistema venoso.
Elige verduras especialmente diuréticas, toma cada día un mínimo de 2 raciones de verduras (es recomendable que una de ellas sea en crudo para aprovechar mejor sus nutrientes) como espárragos, alcachofa, acelga, espinaca, cardo, berenjena, apio, cebolla, plátano, piña, sandía, melón y pera.
Los ácidos grasos de la caballa, el salmón, el atún, la sardina… mejoran la circulación, reducen el colesterol, tienen una acción antiinflamatoria, dilatan las venas, fluidifican la sangre y reducen el riesgo de que se formen trombos o coágulos.
Consumir alimentos ricos en grasas saludables y fibra saciante, como el aceite de oliva virgen extra, el aguacate, los frutos secos crudos, los cereales integrales y las semillas de lino, chía y sésamo.
Añade frutos del bosque, arándanos, moras, fresas, frambuesas, cerezas… mejoran la circulación periférica, ya que protege y fortalece las paredes de los vasos capilares y venosos, y esto ayuda a prevenir las varices.
Beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día fuera de las comidas, porque cuanta más agua bebamos, más toxinas eliminaremos, evitando la retención de líquidos.
Se debe de evitar el consumo de sal, ya que el sodio es el principal causante del edema y la hinchazón, y está oculto en los alimentos procesados, precocinados y snacks.
Limitar los hidratos de carbono simples y las grasas hidrogenadas y trans (azúcar refinada, bollería industrial, bebidas azucaradas, margarinas y mantequillas) que elevan los niveles de glucosa e insulina en sangre y con ello la grasa acumulada.
Evitar el alcohol y el tabaco, que oxidan las grasas y hacen que se enquisten todavía más.
Tratamientos piernas cansadas
. TERAPIA COMPRESIVA: consiste en la aplicación de presión externa sobre determinados puntos de las piernas y de manera decreciente hacia la cintura, mediante el uso de vendas o medias de compresión elástica, que son las más utilizadas. Es importante elegir la compresión, talla y modelo adecuado, que será distinto para cada paciente, por lo que es esencial que las recomiende siempre un profesional sanitario.
. HIDROTERAPIA: duchas y masajes con agua fría o bien alternando agua fría con tibia sirven para estimular el tono venoso.
. TERAPIA FARMACOLÓGICA: consiste en la administración de fármacos venotónicos vía oral y/o tópica, siempre bajo prescripción médica.
. CIRUGÍA VASCULAR: en determinados casos puede ser necesario acudir a esta medida, siempre y cuando no hayan funcionado otras terapias y bajo criterio médico.
Remedios naturales para piernas cansadas
. FITOTERAPIA: existen plantas medicinales que favorecen la mejoría de la circulación sanguínea. Las más utilizadas son: ginkgo biloba, castaño de indias, rusco, vid roja, centella asiática, hamamelis virginiana.
Las plantas con efecto drenante son la ulmaria, alcachofa, grosella, tilo.
. ACEITES ESENCIALES: como el romero, jengibre, enebro, girasol, menta de campo, siempreviva amarilla, ya sean en cápsulas, geles o sprays, tienen propiedades descongestivas, antiinflamatorias y drenantes. Mantener las cremas en la nevera es un buen truco que hace que notemos un alivio inmediato al aplicarlas.
. NUTRICIÓN ORTOMOLECULAR: la vitamina C favorece la circulación y fortalece los capilares sanguíneos. Las vitaminas A y E y las del complejo B, así como los ácidos grasos esenciales, mejoran la pesadez de las extremidades.
. PRÁCTICA DE EJERCICIO: La práctica de ejercicio regular, como caminar, nadar, bailar y montar en bicicleta es el hábito más beneficioso que existe para la circulación venosa, siempre que se practique regularmente unos 30 minutos diarios.
Consideramos a cada persona como un ser único y especial, con sus propias necesidades concretas. Por ello, abordamos cada caso bajo una concepción integral de cuerpo, mente y emociones. Por ello os invitamos a visitar nuestra web y redes sociales, y a preguntar en el mostrador por vuestro caso particular.