Protección solar cara y cuerpo

Protección solar cara y cuerpo

Tomar el sol es una actividad saludable que nos proporciona grandes beneficios: puede tener un efecto estimulante sobre el estado de ánimo, mejora la circulación, aumenta el metabolismo y la productividad, aporta  vitamina D, refuerza nuestras defensas e, incluso, equilibra el colesterol.  Sin embargo, la exposición prolongada y sin protección a los rayos ultravioletas, puede tener consecuencias negativas para nuestra salud, dañando gravemente la estructura de la piel, destruyendo el colágeno y la elastina, acelerando el envejecimiento y aumentando el riesgo de cáncer cutáneo.

Los protectores solares tienen como misión filtrar al mismo tiempo los rayos UVA Y UVB, manteniendo un buen equilibrio entre ambos. Estos dos tipos de radiación ultravioleta son los responsables de los cánceres cutáneos, porque debilitan las defensas inmunitarias de la piel y provocan un estrés oxidativo importante, a la vez que generan lesiones en el ADN, que podrían desencadenar la aparición de células cancerosas La cantidad que nos llega de estas radiaciones depende de varios factores, como el momento del día, la estación, la altitud y la localización geográfica

Los rayos UVB son la principal causa de las quemaduras por el sol, del daño directo del ADN y también son los únicos responsables del verdadero bronceado.

Los rayos UVA penetran en la piel más profundamente, se asocian con las arrugas, la pérdida de elasticidad y otros efectos del fotoenvejecimiento, incluso con el cáncer. Producen una pigmentación inmediata. 

¿Cómo nos influye el sol según nuestro tipo de piel?

Cada persona reacciona de una manera diferente a la radiación solar, ya que todos tenemos una fotosensibilidad propia, dependiendo de nuestro fototipo (que es la calidad de la respuesta de una persona a los rayos del sol).

Cuanto más claro sea el fototipo, más alta será la protección que deberemos aplicarnos.

Existen seis fototipos determinados, en función del color de la piel, del color del cabello, de la presencia o no de pecas, de la propensión a sufrir quemaduras solares o de la capacidad para broncearse.

  • Fototipo I: Piel muy clara (pelirrojos); siempre se quema bajo el sol, jamás se broncea, suele tener numerosas pecas.
  • Fototipo II: Piel clara, siempre se quema bajo el sol, puede adquirir un tinte ligero, suele tener numerosas pecas.
  • Fototipo III: Piel clara a tostada, se quema con frecuencia bajo el sol, suele desarrollar un bronceado de claro a medio, puede tener pecas.
  • Fototipo IV: Piel morena, rara vez se quema bajo el sol, siempre adquiere un bronceado oscuro, no tiene pecas.
  • Fototipo V: Piel muy morena, jamás se quema bajo el sol, siempre adquiere un bronceado muy oscuro, no tiene pecas.
  • Fototipo VI: Piel negra, no se quema jamás, no tiene pecas.

¿Qué es el SPF?

Es el factor de protección solar y mide la capacidad que tiene un protector solar para evitar que los rayos UVB dañen la piel. Estas siglas van seguidas de un número que indica el número de veces que el protector solar aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente a la quemadura o al enrojecimiento. 

La normativa actual aconseja que la protección frente a los UVA sea, de al menos, 1/3 frente a los UVB.

No existe ningún protector solar que pueda bloquear todos los rayos UV. Tampoco ninguno, independientemente de su factor de protección, que continúe siendo eficaz después de dos horas. De ahí, la necesidad de volver a aplicarlo pasado ese tiempo.

Se recomienda utilizar un protector solar dependiendo del tiempo que vayamos a estar expuestos al sol así como uno de amplio espectro que ofrezca una doble protección contra los rayos UVA Y UVB.

El SPF debe seleccionarse en función del fototipo y de la intensidad de la radiación solar (si se va al mar, a la montaña…).

¿Filtros físicos o químicos?

. Filtros físicos o minerales: están compuestos por óxido de zinc, óxido de titanio, talco, mica y óxido de hierro. Tienen mayor estabilidad. Sobre la piel actúan creando una barrera que impide que los rayos solares penetren en la piel, actuando como un espejo y haciendo un efecto rebote. Su textura densa y acabado blanquecino no gusta mucho, aunque cada vez tienen mejor cosmeticidad. Es un filtro solar natural que no causa ningún tipo de alergia. Se recomiendan en niños menores de año y medio, pieles alérgicas, dermatitis, intolerancia a los filtros químicos o pieles lesionadas, donde haya riesgo de absorción del filtro.

. Filtros químicos: está compuesto por sustancias hidro o liposolubles de origen químico, como los cinamatos o el dibenzoilmetano. Son más cosméticos pero también más inestables, tardando más tiempo en actuar que los físicos. Protege la piel absorbiendo los rayos solares y reduciendo su absorción a nivel celular. Por su formulación pueden causar reacciones alérgicas o irritaciones. No son recomendables para menores de 3 años.

¿Quién debe usar protección solar?

Toda persona a partir de los seis meses de edad debe utilizar un protector solar todos los días. Incluso las personas que trabajan en zonas cubiertas y están expuestos a la radiación ultravioleta por períodos breves a lo largo del día. Además, la mayoría de las ventanas no bloquean los rayos UVA. Los niños menores de seis meses no deben exponerse al sol. Mantener los niños en la sombra es la mejor manera de protegerles del daño solar.

¿Qué cantidad de protector solar deberíamos utilizar?

En el momento de aplicarnos el protector solar debemos de tener en cuenta que partes de nuestro cuerpo van a quedar expuestas al sol, ya que esas son las que necesitan protección. No debemos olvidarnos de la cabeza, cuello, orejas, empeines, pies, parte interna de muslos y brazos.

Para la piel del rostro la cantidad adecuada son dos líneas extendidas en dos dedos.

En cuanto a la piel del cuerpo, a modo orientativo, el equivalente a un vaso de chupito o de dos cucharadas (unos 30 ml) para toda la piel que se vaya a exponer al sol.

En cualquier caso, es fundamental aplicar el protector solar de manera generosa, ya que si nos quedamos escasos, el nivel de protección será menor.

¿Cada cuánto debemos aplicarnos el protector solar?

Debemos utilizar el protector solar cada vez que nos expongamos al sol. Eso no quiere decir que solamente nos lo pongamos en días soleados y calurosos, ya que el sol emite radiaciones perjudiciales para la piel durante todo el año tanto en invierno como en verano y tanto en días nublados como en días soleados. Por ello, debemos utilizarlo los 365 días del año.

Debemos aplicarlo al menos treinta minutos antes de la exposición solar y volver a aplicarlo, si estamos al aire libre:

. Cada dos horas.

. Es conveniente repetir la aplicación tras el baño o si sudas abundantemente.

. Cada vez que nos sequemos con la toalla.

. Después de hacer deporte.

¿Cómo elegir el fotoprotector adecuado?

Un buen fotoprotector ha de ser de amplio espectro (protegernos de los rayos UVA y UVB), ser resistente al agua y tener un factor de protección alto (SPF 30 o superior).

Es un error pensar que cuanto mayor sea el factor de protección, más tiempo podemos estar expuestos, ya que lo que nos ofrece es un mayor nivel de protección solar.

Debemos utilizar un fotoprotector para la cara y otro distinto para el cuerpo.

La piel de la cara tiene unas características distintas de la piel del resto del cuerpo: es más fina, tiene células más pequeñas, más poros, segrega más grasa al tener mayor número de glándulas sebáceas y está más expuesta diariamente a los factores ambientales. Los protectores solares faciales suelen ser fórmulas hipoalergénicas, dermatológicas y oftalmológicas testadas, con activos antiarrugas, hidratantes, libres de aceites, texturas más livianas teniendo en cuenta los diferentes tipos de piel y con un SPF alto.

La piel corporal suele ser más gruesa, tener menos grasa. Los fotoprotectores solares corporales no contienen activos adicionales como los faciales y suelen tener más variedad de presentaciones.

Protección Solar Infantil

La piel de los niños es más sensible a los rayos ultravioleta que la de los adultos. Es más, se piensa que bastantes tumores de piel tienen su origen en fuertes quemaduras solares sufridas durante la infancia. De ahí, la importancia de usar en los más pequeños una crema solar con elevado índice de protección. Sin embargo, en los menores de cinco meses no se pueden utilizar ningún tipo de crema solar. Para minimizar los efectos del sol en los más pequeños son imprescindibles los protectores físicos como la ropa, los gorros y las sombrillas.

Se recomienda encarecidamente no exponer al bebé al sol antes de los dieciocho meses. Si la exposición es inevitable, se usará un factor de protección alto y con filtros minerales.

proteccion solar infantil

Consejos para disfrutar del sol de una forma segura.

. Evita exponerte al sol entre las horas centrales del día (12 a 16 horas).

. La exposición solar debe de ser progresiva y no muy prolongada.

. Evita el uso de perfumes y cosméticos perfumados. 

. Usa un fotoprotector adecuado a tu fototipo de piel y que sea eficaz frente a los rayos UVA Y UVB.

. Protege a los niños con gafas, gorros y fotoprotectores específicamente diseñados para ellos, ya que son más vulnerables a las radiaciones UV. Nunca los expongas directamente al sol antes de los seis meses.

. Renueva la aplicación de tu fotoprotector cada dos horas y después de cada baño.

. Protégete con gafas de sol homologadas y con alto índice anti UV, gorras con visera o sombreros de ala ancha.

. Viste ropa de colores oscuros y con tejido de entramado denso. 

. Protégete del sol todos los días del año, incluso en días nublados y de viento, ya que las nubes dejan pasar el 90% de la radiación UV.

. Es importante protegerse adecuadamente en zonas de montaña ya que, aunque la temperatura sea más baja, la altura y la radiación solar será mayor.

. Los protectores solares mantienen intacta su efectividad hasta un máximo de doce meses abiertos, a partir de entonces pueden perder sus propiedades y no proteger la piel de una manera óptima.

. Si tomas habitualmente medicación debes de tener en cuenta que ciertos fármacos son fotosensibles, pudiendo hacer que tu piel reaccione de forma anormal frente a la exposición solar.

. Bebe agua frecuentemente para no deshidratarte.

. Cuida tu alimentación, ya que te ayudará a procesar de forma más favorable el impacto de las radiaciones solares en tu organismo. 

Toma alimentos ricos en vitamina C: naranjas, mandarinas, kiwis, guayaba, pimientos…, ya que ayudan al mantenimiento de una mejor elasticidad a partir de las estructuras de colágeno. 

Los betacarotenos, aparte de protegernos de los rayos solares, ayudan a prolongar la duración del bronceado. Los encontramos en la zanahoria, calabaza, espinacas, mango, melocotones, albaricoques, papaya, brócoli, nectarinas….

Alimentos con potencial antioxidante, que neutralicen, al menos, parte de los efectos adversos de la formación de los radicales libres. El licopeno del tomate, los fitocomponentes del té verde, el cacao puro, los frutos rojos, las manzanas, las nueces, la rúcula, la canela… son algunos de ellos.

Alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 y el aceite de oliva suministran turgencia a nuestra piel. Entre ellos: sardinas, bonito del norte, anchoas, caballa, frutos secos, aguacate…

. Una protección óptima frente a la radiación solar debe combinar, la aplicación de filtros solares por vía tópica, con la administración de suplementos nutricionales con efectos fotoprotectores. 

¿Cómo cuidar tu piel después de tomar el sol?

Después de la exposición solar, utiliza productos post solares ya que ayudan a calmar, refrescar, descongestionar, regenerar y reparar la piel. De esta forma, la dermis recupera su hidratación, disminuye la inflamación y repara el daño oxidativo.

En cuanto a la alimentación, lo más importante después de tomar el sol es hidratarse adecuadamente, además de garantizar la correcta ingesta de antioxidantes que protejan al organismo de los radicales libres. Ingerir estos alimentos es de gran ayuda, sandía, melón, aguacate, frutos rojos, melocotón, pimiento rojo y aceite de oliva virgen extra.

Consideramos a cada persona como un ser único y especial, con sus propias necesidades concretas. Por ello, abordamos cada caso bajo una concepción integral de cuerpo, mente y emociones. Por ello os invitamos a visitar nuestra web y redes sociales, y a preguntar en el mostrador por vuestro caso particular.

 

Nuestros mejores deseos para la época estival.

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