Durante mucho tiempo fue identificado con el término de colitis espástica o colon irritable, es un trastorno funcional crónico y benigno, que se caracteriza por dolor abdominal y cambios en la motilidad intestinal. Generalmente diagnosticado cuando se descartan otras enfermedades. No predispone a cáncer ni a enfermedad inflamatoria intestinal o a otro problema digestivo.
Es una patología frecuente, el 10-15% población la padece a lo largo de su vida, representando el 25% de las consultas de Digestivo. Normalmente afecta a adultos jóvenes y empieza a disminuir a partir de los 50 años. Es más común en mujeres que en hombres.
Es el trastorno gastrointestinal más frecuentemente diagnosticado y la segunda causa de absentismo laboral tras el resfriado común.
En su abordaje es fundamental una relación de empatía médico-paciente. Su tratamiento implica la combinación de medidas de estilo de vida, dietéticas y farmacológicas.
¿Cómo se diagnostica el síndrome de intestino irritable?
Normalmente se hace basándose en la historia clínica y en una exploración física. Se sigue una serie de criterios recogidos en el Roma IV:
Presencia de dolor abdominal recurrente, como media al menos un día a la semana en los últimos tres meses relacionado con dos o más de los siguientes criterios:
. Se relaciona con la defecación.
. Se asocia a un cambio en la frecuencia de las deposiciones.
. Se asocia a un cambio en la forma (apariencia) de las deposiciones.
Las molestias deben estar presentes durante los últimos tres meses y haber comenzado un mínimo de seis meses antes del diagnóstico.
Tipos de Síndrome de Intestino Irritable
Existen cuatro tipos, según el hábito deposicional:
. SII con estreñimiento.
. SII con diarrea.
. SII mixto (combina estreñimiento y diarrea).
. SII no tipificado (alteración que no logramos incluir en los tipos anteriores).
A lo largo de la evolución de la enfermedad, se puede cambiar de subtipo de SII.
¿Cuáles son sus causas del SII?
Uno de los mayores problemas es que, a día de hoy, se desconocen sus causas. Entre las diversas teorías que se barajan, estarían las siguientes:
. Trastornos de la motilidad del colon: existen diversas teorías que sugieren que el SII está causado por contracciones anómalas del colon y del intestino delgado. Sin embargo, no explicarían el SII en todos los pacientes, y no está claro si las contracciones son un síntoma o la causa del desorden.
. Debutar tras una gastroenteritis: algunos pacientes desarrollan SII tras una infección gastrointestinal grave. Se desconoce como la infección es capaz de desencadenar el desarrollo del SII, si bien la mayoría de pacientes no tienen historia de infección previa.
. El estrés y la ansiedad: pueden modular la percepción de los síntomas, pero no parecen ser la causa, aunque es probable que empeoren los síntomas.
. Intolerancias alimentarias: son comunes en pacientes con SII, aunque a día de hoy se puede afirmar que el SII no se produce por ninguna alergia o intolerancia, por lo que nunca debe suprimirse ningún alimento ni realizar ninguna dieta estricta sin supervisión médica. Existen numerosos alimentos que pueden causar síntomas que simulan o agravan el SII, como derivados lácteos, legumbres y vegetales como el brócoli, coles de Bruselas y repollo. Estos productos aumentan el gas intestinal, pudiendo causar calambres.
. Mayor sensibilidad del intestino al gas: muchos investigadores creen que el SII está causado por un aumento de la sensibilidad visceral a sensaciones normales. Esta teoría propone que los nervios del intestino poseen una hiperactividad en los pacientes con este síndrome, por lo que cantidades normales de gas o movimientos intestinales son percibidos por los pacientes con este problema como excesivos o dolorosos.

¿Qué síntomas presenta el SII?
El síntoma principal es dolor abdominal acompañado de cambios en la frecuencia y/o consistencia de las deposiciones presentando episodios de diarrea, estreñimiento o ambos.
Es un trastorno crónico que se caracteriza por periodos de exacerbación que alternan con periodos de remisión de los síntomas.
El dolor abdominal puede ser difuso o localizado en hemiabdomen inferior, de moderada intensidad, que se alivia tras la defecación, respeta el sueño y suele relacionarse su comienzo con la ingesta de algún alimento.
Otros síntomas pueden ser: distensión abdominal, moco en las heces, tenesmo rectal, incontinencia fecal, dolor anal, saciedad precoz al comer, náuseas, vómitos, dolor torácico y flatulencias.
Con frecuencia, los síntomas empeoran tras alteraciones psicológicas como ansiedad, depresión, angustia o estrés.
Otros síntomas extraintestinales que pueden influir serían: reglas dolorosas, dolor de cabeza, molestias al orinar, dolores musculares y óseos, cansancio.
¿Qué podemos hacer para mejorar los síntomas de SII?
. Estilo de vida ordenado y equilibrado.
. Evitar el consumo de tabaco, alcohol y drogas recreativas.
. Alimentación lo más variada posible. No existen alimentos prohibidos. La dieta debe ser individualizada para cada paciente, cada persona debe identificar que alimentos le sientan peor y reducirlos o eliminarlos. No se deben realizar dietas de exclusión, a menos que su médico se lo indique. En general, alimentos como las especias, la cafeína (café, té), el sorbitol, los picantes, las grasas, formadores de gas o comidas muy condimentadas o copiosas deben evitarse, así como las frutas cítricas y las espinacas para disminuir el efecto laxante producido por la bilis en el colon. Debe de moderarse el consumo de fibra insoluble y potenciar el consumo de fibra soluble (en forma de gomas, pectinas y mucílagos).
Una dieta pobre en FODMAP, que limita aquellos alimentos que contienen fructosa, lactosa, oligosacáridos con fructosa y galactosa (fructanos y galactanos), y azúcares alcohólicos (sorbitol, manitol, xilitol y maltitol), ha demostrado a corto plazo reducir los síntomas gastrointestinales en pacientes con SII, principalmente dolor y distensión abdominal, ya que los FODMAP se absorben poco en el intestino delgado, son muy osmóticos y las bacterias lo fermentan rápidamente.
. Beber al menos dos litros de agua o infusiones suaves (que no tengan efecto laxante) al día. Es muy importante garantizar la hidratación adecuada cuando hay diarrea, así como el aporte suficiente de líquidos para ayudar a combatir el estreñimiento.
. Hacer cuatro o cinco comidas al día, comiendo a un ritmo relajado y en horarios regulares.
. Es importante tomarse tiempo para defecar. Nunca reprimir el deseo de ir al baño y hacerlo de forma tranquila y relajada, tomándose el tiempo necesario para ello. Así mismo es importante evitar el estreñimiento.
. Hacer ejercicio 30 o 45 minutos al día, mejora la motilidad intestinal y resulta beneficioso a nivel de sistema nervioso central y de neurotransmisores.
. Mantener controlado el estrés


Ejemplo de Dieta para Síndrome Intestino Irritable
Aquí os dejamos una recomendación alimentaria, que contribuye a disminuir la inflamación y a cicatrizar la mucosa intestinal.
Frutas: priorizaremos las frutas cocidas, al horno, en compota o muy maduras, como los plátanos triturados.
Verduras y legumbres: mejor cocidas que crudas. Verduras de hoja verde cocidas, guisantes y lentejas en puré, champiñones, patatas hervidas y dejadas enfriar.
Productos lácteos: Limitaremos o evitaremos los alimentos ricos en lactosa. Aconsejamos leches vegetales y fermentadas de almendras, avena. Quesos y yogur de oveja. Yogur y leche de soja.
Cereales y granos: Alimentos sin gluten como el maíz, quinoa, trigo sarraceno. También alimentos con bajo contenido en fibra como el arroz basmati.
Carnes: especialmente de pollo o pavo.
Bebidas: agua sin gas de buena calidad.
Evitaríamos:
Frutas: cítricos como naranjas, pomelos, mandarinas. Ciruelas, kiwis, melones.
Verduras y legumbres: Ensaladas, coles. Lentejas, garbanzos y judías secas enteras.
Productos lácteos: Leche y queso de vaca. Helados, pastelería y repostería.
Cereales y granos: Alimentos con alto contenido en gluten como el trigo, centeno. Alimentos con alto contenido en fibra como el arroz y la pasta integrales.
Bebidas: Café, refrescos y bebidas alcohólicas.
Como consejos de preparación, recomendamos eliminar las semillas de las verduras y utilizar como modos de cocción el vapor, papillote y en forma de puré, sopa, pisto.
Después de unos meses de tratamiento y en función de la tolerancia, iríamos reintroduciendo poco a poco todos los alimentos.
Tratamientos naturales para el síndrome intestino irritable
VITAMINA D – además de cumplir funciones vitales importantes para el equilibrio general de la salud física y mental, es un sustrato imprescindible para la salud de nuestro intestino, ya que es uno de los alimentos de las células que lo componen. Sus beneficios nos los pueden aportar alimentos ricos en vitamina D (huevos, pescado azul, setas), la exposición solar con moderación y la toma de suplementos de esta vitamina en caso de necesidad.
FIBRA – es preferible optar por suplementos de fibra soluble, como el psilium o la ispágula, mejor que fibra insoluble como el salvado.
PREBIÓTICOS – fructooligosacáridos (FOS) e inulina, que estimulan la proliferación de la microflora intestinal normal, compitiendo con la microflora anormal y los microorganismos patógenos.
PROBIÓTICOS – lactobacillus y bifidobacterium. Los probióticos mejoran los síntomas a distintos niveles: disminuyen la fermentación y los gases, mejoran la competencia contra la flora intestinal desequilibrada y potencialmente patógena y estimulan el funcionamiento inmunitario apropiado.
ENZIMAS DIGESTIVAS – debido a un agotamiento del páncreas o a una menor estimulación de la secreción pancreática por la atrofia de la mucosa intestinal dañada, en los pacientes con síndrome de intestino irritable es frecuente encontrar un déficit de enzimas digestivas. En estos casos es de gran utilidad el empleo de un suplemento durante determinados periodos de tiempo.
MINERALES – para ayudar a regular el tránsito intestinal: calcio (provoca estreñimiento) y magnesio (funciona como laxante).
FITOTERAPIA – o el uso de plantas con propiedades medicinales como menta: antiespasmódica y analgésica; hinojo: antiespasmódica y reductora del meteorismo; Alcaravea: antiespasmódica y reductora del meteorismo; y las combinaciones de plantas, en las concentraciones adecuadas.

Casos de éxito del síndrome intestino irritable
Caso de Diarrea mujer 45 años diagnosticada SII
Viene a la farmacia indicándonos que se encuentra con un episodio de diarrea más, ya que parece padecerlas con frecuencia, como principal síntoma de su intestino irritable. Este caso ya nos indica un proceso inflamatorio ligado a la diarrea y una hiperpermeabilidad de la mucosa intestinal. Le recomendamos la toma de Lactibiane Tolerance 1 caps/día con un vaso de agua, alejado de las comidas. Contiene cinco cepas probióticas específicas a base de Lactobacilus y Bifidobacterias capaces de reducir la inflamación y la hiperpermeabilidad, modulando la respuesta inflamatoria. Recomendamos durante un mes y la respuesta fue satisfactoria. Debido a la mejoría en su estado de salud general, decidió continuar durante otros dos meses el tratamiento, que es el tiempo aconsejado.
Todo ello acompañado de unos hábitos de vida saludables, estilo de vida ordenado y equilibrado, evitar el consumo de tabaco, alcohol y drogas recreativas. Una alimentación lo más variada posible, especias, la cafeína (café, té), el sorbitol, los picantes, las grasas, formadores de gas o comidas muy condimentadas o copiosas.
Caso de Dolor mujer diagnosticada SII
Nos pide ayuda, debido a que padece mucho dolor desde hace unos días, suele pasarle a menudo y le gustaría probar alguna alternativa a sus tratamientos habituales a ver si le hacen mejorar. Le hablamos de un tratamiento integral, con el fin de mejorar, no solo su sintomatología actual si no también su calidad de vida.
Después de preguntarle sobre sus hábitos de vida y cómo mejora o empeora toda su sintomatología, decidimos recomendarle un producto sanitario cuya diana es la hipersensibilidad visceral. Es el Lactiplus 2 caps/día durante 28 días. Con él, aportaremos una cepa de Lactobacillus Gasseri con gran capacidad de adhesión a la mucosa intestinal, formando una película protectora en la superficie de la pared intestinal. De esta forma, la mucosa intestinal, no sufre los ataques de las bacterias patógenas presentes en el intestino y de otras toxinas que causan microlesiones, inflamación, alteraciones del tránsito intestinal y dolor abdominal. Nuestro consejo permitió que su dolor disminuyera notablemente. En estos momentos sigue con un tratamiento global, basado en todo su historial, en el que existe estrés crónico y frecuentes episodios de diarrea.
Todo ello acompañado de unos hábitos de vida saludables, estilo de vida ordenado y equilibrado, evitar el consumo de tabaco, alcohol y drogas recreativas. Una alimentación lo más variada posible, especias, la cafeína (café, té), el sorbitol, los picantes, las grasas, formadores de gas o comidas muy condimentadas o copiosas.